sábado, 14 de octubre de 2017

Égloga

"Todos bebemos del agua clara de la fuente de Jonia. Pero el ideal flota en el azul; y para que los espíritus gocen de su luz suprema, es preciso que asciendan. Yo tengo el verso que es de miel y el que es de oro, y el que es de hierro candente. Yo soy el ánfora del celeste perfume: tengo el amor. Paloma, estrella, nido, lirio, vosotros conocéis mi morada. Para los vuelos inconmensurables tengo alas de águila que parten a golpes mágicos el huracán. Y para hallar consonantes, los busco en dos bocas que se juntan; y estalla el beso, y escribo la estrofa, y entonces si veis mi alma, conoceréis a mi Musa."

No hallamos, sino varios caminos a la hora de ampliar miras. Vecinos, consejeros en piel de deidad. Alimentamos con sal nuestros inviernos; navegando en los ríos que formamos con nieve indiscreta. Repetimos y, de nuevo, el verano; con el sol apuntándonos y derritiendo la helada mirada que vestías entre mantas de anhelo. Los bosques ocultan tus pasos entre esmeraldas; quebradas, grietas que mecen tus sueños tejidos con filo de espadas. La distancia de una respiración entrecortada, de un jadeo. Escuchar el rechinar del suelo mientras en él dormitas, sabedora de azar, poderosa chica de cristal. Rezumas adviento, forjado en la cima de las más puras montañas; valedora de guerras y rabia y rabia y rabia. Y razón de más para no despertarte cuando lloras. Desastre al caer, huracán al levantar; jauría de sensaciones, remanso de paz. No volcaba en tí la senda, dejas atrás lamento y señal. Ranas se acercan a protestar: 'que no, que no, que no es verdad'; y yo tendía a esquivar sus propuestas, razón de más. Sin embargo, lo sabía: que tú te quedabas mientras dormía. Oculta entre tanta brevedad, dispar asocialidad. Decides no bregar por juguetes rotos, música hueca o imágenes desenfocadas. La senda recae imparcial y los lobos recitan historias en hogueras prendidas con recuerdos. Aullamos nosotros y cantan ellos. Sangran ellos, bailamos nosotros.

"Amo las epopeyas, porque de ellas brota el soplo heroico que agita las banderas que ondean sobre las lanzas y los penachos que tiemblan sobre los cascos; los cantos líricos, porque hablan de las diosas y de los amores; y las églogas, porque son olorosas a verbena y a tomillo, y al sano aliento del buey coronado de rosas. Yo escribiría algo inmortal; mas me abruma un porvenir de miseria y de hambre."