miércoles, 1 de noviembre de 2017

Pause

Todo fue tan rápido. Recien visto. Agónico desenfreno encontrado. Vi más, sentí más, lloré más por lo nuestro. Lo enfoqué peor, lo siento. Pudiste y supiste hallar aquello que yo dejé pasar. Un rincón perfecto entre manías. Robabas la gracia y la alegría. Yo naufragaba. Tú te perdías. Y nos esquivamos entre edificios construidos con esperanza. Hace tiempo que dejé de contar las sílabas de los versos que forman nuestra historia. Quizá murieron con ella. Quizá ni fueron. Quizá ni importan. Qué dirían aquellos que osaban narrar. Que remaban con frases en sus canoas de prosa caduca. Ahogadas penas en mares de sal, de cristales. De brillos iridiscentes en forma animal. Aunque nos reencontraremos, seguro. Pues mi puerta reclama tu voz. Mis manos perdidas en Do mayor. Y mis ojos cuando estallan si no ven los tuyos. Me pesa y te entierro, con esto. Y me entierro a mi con ello. Con lo nuestro. Con lo que fuimos para mí. Y con lo que para ti se quedó en terreno sin pisar.

“Tal vez aun soy un niño que ve el mundo desde una rendija endeble”

No hay comentarios:

Publicar un comentario