Vemos, vencidos, vencernos al tiempo y como menguamos montándonos modestos monólogos modernos Si la espera supera lo superfluo y desespera, y valoramos la vida en un puño quedando prendados de ello. Que si idas y venidas, que si viajes, que si valor. Morir dejando de lado los lloros regando los lirios de una noche estriada. Acordarnos, acobardados, acotando arcos arcaicos de circos laxos; y de morales que se los llevaron. Sí, soy culpable, entonces, de quedarme encerrado, impaciente, aguardando ver salir el sol. Porque jugando juntos ajustamos cuentas y yo preferí quedarme embobado con tu olor a jazmín.
Celosía, defendida por rosas, herida por sus espinas. Deja de gritarme ahogada. Larga timidez exasperada. Sabías a lo que venías. Conocías el doble filo de tus mantras.
Mientras tanto, la cólera agita el sonido, al verlo caer, junto a los copos de invierno. La orilla se ensancha, la marea baja. Y los gatos toman sitio en las ventanas.
"apuesta por el amor, amor, amor, amor, amor, porque la vida sin amor, no es nada."
Gracias, Faraona.
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